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LOS HOMBRES DE LAS PLEYADES

Pléyades es un pequeño barrio dentro de la galaxia ³LA VIA LACTEA², con un
diámetro de 1.000 años luz; allí existe una Confederación regida por unos
Consejos Supremos conformados por ancianos mayores, ancianos menores y gran
cantidad de seres guías maestros, arcángeles y ángeles que habitan en
diferentes regiones y dimensiones del sistema.

A 8.6 años luz de nuestro sol, existe una estrella llamada SIRIO, que posee
a su alrededor 52 planetas. En algunos de ellos habitan unos grandes sabios
que están asociados a tareas de la Confederación Pleyadina y además a
grandes misiones de enseñanzas a los hombres de la Tierra.


LOS HOMBRES DE PLEYADES 

 Atrás Iniciaremos desde hoy una secuencia de temas hilados, que te ayudarán a entender la misión que tenemos La Casa de Sirio a través de la Gran Hermandad Blanca Universal. Para ello me remontaré un poco en la historia del tiempo pasado y desde allí poseas la base y puedas entender el presente y el futuro de esta gran labor. Sabrás de los Hombres de Pléyades, sistema al cual pertenecemos y de las diferentes razas que allí habitan. De los Atlantes y los Lémures. De un ser muy importante en el tiempo de ese ayer y del hoy llamado MER. Sabrás del disco solar de oro, y del valle de la luna azul enclavado al norte del lago Titicaca en el gran Perú. Vamos pues con mi relato que será ameno y simple.

En primer lugar, contamos con el señor Raúl Yepes, quien vive en la ciudad de Medellín, en el país suramericano llamado Colombia.
Durante sus 49 años de vida, ha tenido la bella oportunidad del Cielo de despertar en si, no se sabe qué sentido, que hace que el sea como una antena ante voces misioneras divagantes estelares; por esto se ha convertido en una especie de canal, por donde se deslizan dichas voces, traspasándolas a estas tierras, para que multitudes de gente sean partícipes de informaciones y grandes conocimientos de los mensajeros de Dios.
Con todo y esto, su vida interior ha dado un gran giro, y se he convertido en el siervo de algunos de los cientos o miles de millones o billones de seres que viven en otras colonias tridimensionales, cuatridimensionales, o de otras dimensiones no amparadas por la mente humana, y lo que es aún mejor: muchas de esas voces llegan a el con su mensajero, que por sus autorizaciones ocupan su cuerpo, y, con él, su lenguaje y sus sentidos externos, dando ellos mismos sin que su ser consciente se dé cuenta de sus propias labores, de acuerdo a su estado misionero. Con esto nos referimos en especial a un grupo de seres: una gran Confederación que asocia a todas las estrellas del sistema estelar Pléyades, y que se llama La Gran Hermandad Blanca Universal; y a otros grupos que están situados más allá de las fronteras de nuestra galaxia, y que se llaman Elohines y Aúres.
En el primer grupo, o Pleyadiano recibo directamente a los Señores que dan su vivienda en los planetas que están en los contornos del sistema estelar Sirio.
 Allí en 52 planetas, habitan los seres que organizan y dirigen, a través de un Padre que llamamos Celestial, el orden y la unidad para que nuestro Universo cercano no esté en conflictos, o en manos de las fuerzas contrarias que todos conocemos.
Desde allí llegan, por esa antena que posee Ra, el señor Jesús, que actualmente es el gran Abad de toda la gran Confederación Pléyades y Señor de la Verdad; un gran ser, que es su hermano gemelo, llamado Maitreya, padre de las artes y las filosofías; El señor El Moria, ayudador de la salud y amo de la escuela del amor; el gran alquimista Germán, portador del rayo de la purificación, de color violeta, la Reina sagrada Isis, que hizo misión durante la vida del señor Jesús en La Tierra y que se llama hoy María, portadora del bastón de la misericordia, la esperanza y la caridad; el señor Hermano Blanco, Felipe, ayudador y fundador de la escuela de la realización y la prosperidad; el gran señor Kutumi, misionero de la escuela de la humildad y del entendimiento; el señor Sanat, del gran planeta siriano llamado Kumara, que pertenece a las huestes del arcángel Miguel y que tiene como misión preservar a los Hermanos Blancos Solares de las fuerzas contrarias, e igual es un gran gestor de una labor del futuro cercano de nuestro planeta que será de evacuación.
Igualmente, ese canal por donde se deslizan esos seres hacia Raul, brinda hospedaje en La Tierra al señor Arcángel Gabriel, amo de la trompeta celestial y anunciador, a través de las luces de los manantiales azules, de las misiones encomendadas a Él por el Padre Celestial; al señor Miguel, gran protector ante los seres demoníacos y portador de la espada del bien; al arcángel Rafael, señor de la salud pleyadina; al señor arcángel Uriel, que posee la llave del Templo Interior de cada hombre terrenal.
Algunos ángeles en contadas ocasiones también han llegado por ese canal, ellos son entre otros: El ángel Antares, el ángel Alares, el ángel Amares, el ángel Marías, el ángel Antur, el ángel Sofonías y el ángel Seferino.
En segundo lugar debemos decir que el reino de La Tierra posee al género humano que está integrado por seres masculinos y femeninos y que poseen cuerpo físico y unos sentidos externos de comunicación y asimilación; un cerebro donde existe una mente pensante y de otros órganos, que se extienden más allá del tronco para sus traslados y el palpar del mundo de La Tierra y de los seres que están a su alrededor que se llaman los hombres.
Pero debemos entender que por encima de nuestro reino de los hombres de La Tierra, llamada por otros Gaia o Urantia, existen otros seres, adimensionales para nosotros, pero que existen en sus diferentes misiones, y que se llaman:
1. - Querubines y Serafines, que son grandes cuidadores ante entes y espíritus bajos que rondan a nuestro ser cuando estamos solos, tristes, melancólicos; cuando dormimos, soñamos, o deambulamos en nuestro cuerpo astral.
2. - Ángeles que poseen dos estados: Unos ángeles que son llamados “obreros” a los cuales sirven los querubines y serafines. Ellos son como decir, los jefes de estos. Y los ángeles “comandantes que son los jefes de los anteriores y que poseen labores en cuidados hacia los seres de altas evoluciones espirituales en nuestro planeta, y que están situados como líderes de región, de ciencia, de religión, de arte, cultura, educación, etc. en cuerpos de hombres y mujeres.
3. - Cristos que son en su labor como aseadores de energías acumuladas por imperios avasallantes en diferentes mundos habitados, bien en nuestra tercera dimensión, o bien en otras. Ellos son visitantes en momentos de grandes conflictos; conflictos que hacen que los hombres sean soberbios, arrogantes y amos del poder.
4. - Arcángeles, que son los señores que dependen del Padre Celestial, y cuidan un Universo más grande que los ángeles, y protegen a los Cristos en sus tareas. El arcángel posee un nombre de arcano (arcano quiere decir conocedor de la gran ley) y otro nombre que es ÉL, con referencia al Padre, (o sea el arcángel es el conocedor de la ley del padre).
El arcángel mayor es llamado Gabriel. Este hombre sirio participa en el orden humano muy directamente. Fue él quien dirigió la obra de Hermes, de Adán, de Krisna, de Abraham, de Moisés, de Jesús, de Mahoma, de Francisco de Asís entre otros. Fue y es el que se aloja en la mente de los hombres que predicen y predican la obra creadora y que han sido llamados profetas, mentores, reyes y hacedores.

5. - Padres Celestiales que son como los ministros de la obra creadora de Dios. El Universo en su inmensidad posee infinidad de ministros. Nuestro Padre celestial es llamado Bisirio.
6. - Cíclopes: Mal admitidos por la mente humana y vistos como enemigos. Estos seres poseen un solo ojo, en el centro superior de su cabeza. Participan en las veedurías de que la obra creadora esté en su óptima función. Cuando tú meditas podrás observar en tu interior vibrante cómo un gran ojo emerge del Universo hacia ti. Ese es un cíclope, que te está observando. Los cíclopes son los ojos de Dios.

7. - Eles: Estos grandes seres son los encargados de distribuir la semilla creadora de Dios por los diferentes Universos. Son llamados “sembradores de vida”, y habitan más allá de las fronteras de nuestra galaxia.
Los cíclopes son los informantes del transcurrir de la vida en los diferentes Universos; y los Eles, los misioneros que cuando haya confusión o devastación del ser en la variedad de espacios, se desplazan y toman forma en cuerpo, o cuerpos, durante distintas épocas del vivir del planeta, o en un sistema solar o estelar, e imprimen su sembrado hasta hacer que la conciencia de los seres que existen allí se abra, incluso al portal de la supraconciencia.

8. -Elohines: Son los padres de los Eles y son para que me entiendas, los que poseen como bodegas llenas de semillas creadoras, de donde los Eles sacan para esparcirlas por el universo.
9- Aúres: Son los poseedores de la Llama Universal o Ley Creadora. Estos seres maravillosos son los que le dan la semilla de Dios, a través de la Luz, a los Elohines, para que los Eles la esparzan por el Universo. En conclusión, son los que poseen la linterna de Dios.
Los cíclopes son los que poseen la fuerza de la creación. Son veedores y protectores de vastas regiones.
Nosotros los hombres de La Tierra vivimos en el sistema del Sol, pero el Sol y otros 1.404 soles conforman el sistema estelar Pléyades. Pléyades posee un cíclope o gran señor de señores llamado Yessel, a quien podríamos relacionar como un gran Padre Universal pero con asiento en todo pléyades.
El sistema Sirio gobierna y dirige a los habitantes del sistema pleyadino y Yessel le envía las labores de estos al Padre Celestial.
Los Elohines y los Eles poseen la energía creadora; son la vida a través del sembrado y el sembrado es la energía con que Dios cultiva su vasto Universo.
Los Aúres poseen la luz con la que se alumbra el Universo.
LUZ + ENERGÍA + FUERZA = CREACIÓN. Y LA CREACIÓN SE LLAMA DIOS.

El Universo es un gran océano de vibraciones que una mente inmensa ordena en omniespacios, donde existen todas las galaxias y en ellas todas las dimensiones, tiempos y campos de sistemas estelares y mundos de miles y miles diversidades; allí en algún sitio de él, estamos nosotros dependiendo de la vibración calorífica del Sol que nos pertenece y de la Tierra que nos da su posada en el camino de nuestro ser hacia ese infinito centro universal.
La galaxia de la Vía Láctea, en su dimensión de algo más de cien mil años luz, nos aloja en un pequeño conglomerado de estrellas de apenas mil años luz de diámetro que llamamos nuestro barrio Pléyades, allí existe un sol central que es llamado Alción, en su orden emite desde su centro, un campo de gravedad que es lanzado hasta unos 500 años luz que hace que 1.404 estrellas con unos 29.450 planetas giren a su alrededor.
Nuestro Sol es la penúltima estrella de ellas, en su giro alrededor de Alción, demora 24.000 años, creándose con esto las 12 eras del zodíaco; su velocidad de traslación alrededor de ésta es de un poco más de 40 kilómetros por segundo.
Nuestro planeta es el tercero de nuestro sistema solar, él rota en un eje polar a 4.3 kilómetros por segundo, creando así en las 24 horas que dura su giro completo, los días y las noches; igualmente a una velocidad de 8.4 kilómetros por segundo, se mueve alrededor del Sol haciendo su giro completo en 365 y un cuarto de día, produciendo con esto los años. Además nuestro mundo posee dos movimientos en su eje polar que suceden cada 180 días, que además producen en el movimiento elíptico de la Tierra alrededor del sol, las cuatro estaciones, luego del paralelo 30 Norte y Sur de ésta.

La Luna es el satélite que nos acompaña, la Tierra la lleva en su paseo solar y gira alrededor de ella cada 28 días. La Luna es el espejo del Sol hacia nuestro planeta, pero en su movimiento tiene 4 ciclos que nosotros llamamos: Luna Llena o Blanca, Decreciente o Menguante, Nueva o Negra y Creciente, cada uno de estos ciclos incide en la Tierra en sus aguas, aires, volcanes y aún en la actitud del pensamiento humano.
Así vivimos los habitantes de la Tierra rodeados por un gran orden vibracional de infinitas dimensiones.
El sistema estelar de Pléyades posee multitud de seres a través de sus diferentes mundos; ellos se caracterizan por estar en una escala de vibración mental que los coloca en la condición de vivir el lugar concreto de acuerdo al sendero transcurrido por sus acciones pasadas en el devenir de sus vidas, es así como existen seres que están en vibraciones de la cuarta y hasta la quinta dimensión por todos esos planetas, por ejemplo: Los hombres Kats, son seres de inmensa vibración pleyadina que nuestros sentidos no podrían captar, pues son de dimensiones diferentes en su multitud de razas, ellos en su carácter de ser los mayores seres mentales de nuestro sistema estelar se dan en la tarea de dar ayudas a los seres de menos vibraciones mentales, convirtiéndose así en lo que llamamos maestros o guías celestiales. Estos hombres pleyadinos transcurren a través de su gran conciencia, sus largas vidas en el observar, mantener y proteger el orden establecido por todos los giros de estrellas y planetas de la constelación Pléyades.
Existen igualmente los hombres Cuatriones, que son otra raza mental, son supervisados por los Kats, poseen mentes de altas definiciones de entendimiento, orden y servicio y aunque no poseen cuerpos como los primeros, sí poseen un campo de mayor densidad energética que les proporciona la diferencia a éstos. Los Cuatriones son viajeros en el tiempo, emplean la energía como método de sustentación y habitan mundos de un poco más densidad que sus cuerpos.
Los hombres Kats son viajeros de la mente, la luz es su sustentación y viven en suspensión y alta quietud de observación y orden de organización y dirigencia.
Otra raza son los hombres Triones, que aunque son de altas independencias por sus estados de alta individualidad, se adhieren al gran orden de las razas anteriormente descritas; poseen cuerpos de diversos tamaños pero muy delgados, pues al ser más de labores pensantes, solo necesitan de un lugar donde se aloje un gran cerebro y es por ello que sus cabezas son alargadas y abultadas. Son muchas y muchas las subrazas que este estado posee, son viajeros hiperespaciales y emplean diversidad de velocidades en sus desplazamientos y esto de acuerdo a su vibración mental o grado de evolución dentro de su raza Trión. Son colonizadores, conquistadores, protectores, ayudadores, enseñadores y hasta defensores y habitan en colonias de mundos de altos órdenes comunitarios y de un gran estado mental de unidad.
En resumen...
Los hombres Kats no poseen cuerpos, pero sí una gran mente conectada a su espíritu que hace que su conciencia viva la verdad del Universo, la luz es su alimento.
Los hombres Cuatriones poseen un cuerpo de sutileza en su densidad, sus mentes están conectadas en menos vibración que los hombres Kats a su espíritu y su conciencia abarca a todas las esferas pleyadinas y aún de mundos de muchas galaxias. Su alimento es el campo energético que les rodea necesariamente a través de la luz y emplean más fuerza que los anteriores.
Los hombres Triones poseen cuerpos livianos y un gran cerebro, se alimentan de elementos pránicos y naturales que existen en sus planetas y se mueven en naves a través de corredores hiperespaciales con energías de fuerzas electromagnéticas y otras.
Los Kats, al poseer altas conciencias abarcan a Pléyades con su campo mental; los Cuatriones utilizan la energía para abarcarla y los Triones velocidades espaciales.
Luego está la raza de los Biones, a ella pertenecemos los seres humanos y otros muchos que habitan otros mundos solares. Los Biones son seres que poseen un cuerpo de altas densidades y un cerebro en proporción a los Triones mucho más pequeño, con esto entonces, no poseemos un grado de conciencia elevado y nuestra mente al no estar conectada conscientemente a nuestro espíritu se divide en pensamientos que necesitan de unos sentidos establecidos en nuestro cuerpo para que por allí se fuguen esos pensamientos en acciones a nuestro exterior, al poseer acciones necesitamos alimentar nuestro cuerpo constantemente de los productos que nacen y viven en nuestro Planeta. Igualmente es necesario rodearnos de otros seres para compartir los diferentes espacios de nuestro tiempo en lo que llamamos nuestros afectos y que nos lleva a un estado de colectividad continua.
La Luz que se emana de nuestro Universo al pasar por nuestro Sol, se descompone en siete rayos, ellos son enviados a nuestro planeta. La Luna al ser el espejo del Sol, toma igualmente estos rayos y los transforma para sí en cuatro, que son enviados a la Tierra que igualmente posee un gran rayo que es el que nos posee en ella.
Un mundo Bión necesita de estas circunstancias para que el ser que habite en él pueda poseer las condiciones necesarias de purificación, a través de las diferentes pruebas o karmas, y luego la liberación que le conlleva a nuevas etapas de evolución donde se romperá el cascarón mental y se conecten con el ser espiritual que le pertenece para encumbrarse al expandirse su conciencia, al sendero de las etapas que le esperan en el estado Trión, Cuatrión y Kats.
En razón a todo esto, nuestro estado humano posee en la Tierra tres mentes: La primera es una mente llamada olvidada donde el ser está enraizado en una juventud espiritual y por lo tanto sus pensamientos no son de construcción ni de destrucción, son seres que viven porque así les corresponde, van en un tránsito hacia un sutil despertar donde llegarán a una segunda mente que es llamada la mente del recuerdo.
Existe un estado mental en nuestra Tierra que no nos deja sentir las estrellas, ni los aires, ni el gran amor, ni la verdad, ni la naturaleza en su ser esencial, ese estado es llamado el egoísmo que es propio del mundo Bión, este estado hace que la vibración del Universo se transforme en frecuencias que al llegar a nuestra mente la descompone en pensamientos de impulsos que son emanados al exterior a través de los campos de la emoción y el sentimiento. Cabe anotar que la emoción es aquel estado que nos lleva a través de la inseguridad a descoordinarnos con el orden de la armonía y el amor en todas sus formas conduciéndonos a la histeria, el grito, el rencor, la ira, la posesión, el militarismo, el odio, la codicia, la envidia, la trampa, el poder en todos sus aspectos y otros sinónimos y el sentimiento que es otra forma de gran inseguridad que nos conduce a estados desordenados del pensamiento donde predominan la sumisión, la minucia, la esclavitud, la lástima, la angustia, las lágrimas, la tristeza, la pena, el pesar y el sufrimiento interno.
La emoción y el sentimiento al no transformar las energías ordenadas del Universo a través del Sol, las comprime en el cuerpo humano creando con ello un proceso de desestabilización del valor propio donde habita el amor y con esto, represión o un dormitar de las energías que despierta a la vez al sistema defensivo de nuestro cuerpo que es el estado nervioso, ocurriendo con ello que todos los órganos se desequilibren en sus funciones, iniciándose así las dolencias y luego enfermedades que todos conocemos.
Esta represión energética en su proceso de fuga, se condensa por decir, en los estados sexuales, produciéndose así la lujuria que sería el principio y el fin de la emoción y el sentimiento. La médula espinal, al poseer el eje central nervioso, toma esta energía lujuriosa y la lleva a la inversa para colocarla en la cabeza donde dos glándulas, llamadas la pineal y la hipófisis, la recogen, alterándose con esto el tiempo que está conectado con la primera y el espacio con la segunda; que a la vez descoordina a todo acto que deseemos idealizar hacia el futuro, pues el tiempo y el espacio al estar alterados por los campos frecuenciales de la emoción y el sentimiento nos rezaga el pensamiento y este se ve halado hacia un pasado, emergiendo ante él constantemente los recuerdos que nos impiden ver más allá de las fronteras de nuestro tiempo y de la comodidad de nuestro estar terrenal.
Esta es la definición de la mente del recuerdo que es la que impera con más fuerza en la raza humana. A través de ella incumplimos nuestros compromisos, dudamos de nuestros actos y de los seres que nos acompañan, adulamos a otros que los llevamos al poder, nos enfrentamos y entramos en batallas internas y externas con todos los aspectos de la vida en la Tierra y nos dejamos llevar con todo ello, a una mente colectiva donde las ansiedades, el temor, el vaivén constante de alegrías, sufrimientos, triunfos y fracasos son nuestra gran compañía.
La tercera es la mente real, allí el ser es de altas intuiciones porque está más conectado con las vibraciones que con las frecuencias. Su ser es más claro, a veces se transforma en misionero, profeta, líder religioso, empresarial o político; es ayudador, protector, es triunfante aunque no posea bienes materiales y siempre está idealizando el mañana, pues su mente real se convierte en creación, es igualmente individual en sus decisiones y selecciona constantemente para su bien cada paso que dará y cada ser que le acompañará. Es de ideas muy rápidas y de sentidos muy agudos que le dan carácter de indescifrable hacia los seres que viven el estado colectivo o mente del recuerdo. Poseen estos seres una gran sincronía con el tiempo y son espaciosos en su estar terrenal, el ayer no es importante para ellos y por lo tal no padecen de traumas o fobias que les induzcan a sus pensamientos a dudar. Les acompañan sin darse cuenta la ley del perdón y esto los lleva a que sean de grandes protecciones por los ángeles de su guarda, la salud, la mente clara y su originalidad predominan en ellos.
Así como existen las razas pleyadinas, igual están estas subrazas en el género humano, que en su unión sobreviven, se enfrentan, se protegen, ríen, lloran, aman, sufren, crean música, vicios, gritan, aconsejan, abrazan, se alimentan, duermen, se ejercitan, se aperezan y otros muchos factores que les hace ver como los seres que habitan un mundo Bión.
A través del tiempo historias mil han llenado las diferentes épocas de nuestra Tierra, en ellas están escritas las batallas, los reinados, las religiosidades, las filosofías, las conquistas y los poderes que le han habitado de acuerdo a una gran biblioteca que contiene los libros por cada una de esas 12 eras de 2000 años que hacen la matemática zodiacal en el transcurrir del Sol alrededor de la estrella Alción y el hombre a través de él ha utilizado al Sol, a la Luna y las Estrellas como referencia de él para cumplir sus jornadas laborales, sus gestaciones, cultivos, el inicio de una empresa, de un liderazgo, de una batalla y otros muchos más.
Vivimos en un sistema solar que habita, como decía anteriormente, la constelación de Pléyades, donde se distinguen dos grandes fuerzas que son llamadas las del Yin y las del Yang o femenina y masculina. Los hombres Kats poseen en su interior este estado en una sola unidad y en la medida en que se desciende la vibración por las diferentes razas, estos dos estados se van dividiendo hasta que en el mundo Bión son de totales independencias que la mente humana, al tratar de identificarlas, se perturba y es allí donde surgen los pensamientos, que en algún o total desorden, llevan al hombre en su estado traumático a definir su vida por defectos y virtudes que son las que le acompañan siempre en grados más o grados menos, de acuerdo a la calidad de la mente que posea y las tres anteriormente descritas.
Es así como el campo vibracional se transforma en un estado frecuencial, pues los hombres Triones, por ejemplo, al poseer una unión más armoniosa con el femenino y masculino, tienen más tiempo de creación y más espacio de realización que los hombres Biones y así sucesivamente.

 

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