El significado esotérico de la Navidad
Cada año se pone en escena en la tierra, en términos que el hombre puede abarcar, en miniatura, el grandioso acontecer del cosmos.
Los Hijos de Dios, entre ellos Jesucristo, unen el hombre a una constelación que, en análisis, representa también el símbolo de lo que hay en el medio: el Sol.
Para el hombre, el Sol es la constelación central que da luz y vida. este es el significado en esencia de un Hijo de Dios: una manera de expresar aquel principio, necesario para el hombre, del origen del espíritu en sí para mantener luz y vida. Por esto no nos debe extrañar que encontremos una analogía entre los hijos de Dios y el Sol.
En casi todas las religiones, las celebraciones más importantes, las fiestas religiosas, se hacen durante las fechas en que el Sol está en posición determinante en el año. Si miramos detalladamente el recorrido del astro, encontramos una signatura cósmica. Esta visión se puede dificultar en algunos de Uds. No obstante, trataré de representarla gráficamente y con palabras sencillas a pesar de lo vasto del concepto.
El Zodíaco es un círculo dividido en 12 segmentos de 30 grados cada uno, o sea, totalizando 360 grados, y el Sol recorre en un año el Zodíaco, los 360 grados, a razón de aproximadamente 1 grado cada día, que sumados constituyen los 365 días de nuestro año. Mediante la inclinación entre la elíptica y el ecuador terrestre, se dan las diferentes estaciones del año porque se producen acercamientos y distanciamientos de la tierra respecto al Sol y se dan las relaciones día-noche. Así se produce en el Zodíaco una división de 4 puntos determinantes que Uds. conocen por estar señalados en el calendario y que indican el paso del Sol en su recorrido: el principio de la primavera, del verano, del otoño y del invierno.
La primavera comienza alrededor del 21 de marzo, el verano el 21 de junio, el otoño el 21 de septiembre y el invierno el 21 de diciembre. De acuerdo a la astronomía y al Zodíaco, encontramos 4 puntos indicados: el comienzo de la primavera se denomina equinoccio de primavera (equinoccio quiere de decir igual duración del día y de la noche). Este equinoccio se presenta cuando el Zodíaco se halla a 0 grados Aries, alrededor del 21 de marzo. Opuesto a este punto, a 180 grados de distancia, se encuentra el otro equinoccio, el de otoño. A mitad de estos puntos, a 90 grados, se ve otro eje que representa los 0 grados cancer, alrededor del 21 de junio, que marcan el comienzo del verano. Y finalmente, opuesto a este punto, a 180 grados, encontramos los 0 grados Capricornio o solsticio de invierno. Estos son puntos astronómicos que introducen las diferentes estaciones del año y que se caracterizan por la duración más igual del día y de la noche en el año en los dos días que marcan el comienzo de los dos equinoccios y los dos días y noches mas largas en todo el año durante los dos días que indican el inicio de los solsticios.
Si seguimos el recorrido del Sol entre el punto de inicio del otoño y el del invierno, presenciamos el acortamiento del día y el alargamiento de la noche. Esto quiere decir que las fuerzas de la luz, las fuerzas del día, se retiran paulatinamente: el día se acorta y la noche se prolonga.
Si observamos el aspecto mitológico, vemos las relaciones visibles cambiantes, en las cuales las fuerzas de la luz van desapareciendo doblegadas por la oscuridad, que comienza a dominar y abarcar más espacio. El día se va retirando.
Cuando celebramos la Navidad, el Sol se encuentra a 0 grados Capricornio, en el punto del solsticio de invierno, cuando las noches se han hecho más largas y los días más cortos. Este es el momento en que el Sol se encuentra más alejado de la tierra en todo su recorrido anual.
Y en esta máxima oscuridad, en esta noche nace la luz. Nace, literalmente, de modo natural. hasta ese punto la noche venía siendo perseguida, devorada. En el equinoccio cambia la situación: en el momento en que las fuerzas de la oscuridad parecen haber vencido empieza el triunfo de la luz. A partir de este punto comienzan a aumentar de nuevo las fuerzas de la luz, con lo cual los días se alargan y al aminorar las fuerzas de la oscuridad, mengua la noche, quedando en equilibrio la duración de día y noche.
Los hombres de culturas antiguas mantuvieron un contacto más estrecho con las fuerzas de la naturaleza. Festejaban de manera especial los cambios de las estaciones. Para estas culturas tenía especial significado el punto en el que, en medio de la mayor oscuridad exterior, nacía la luz y comenzaba su curso victorioso sobre las fuerzas de las tinieblas.
La Nochebuena, la noche de navidad fue celebrada desde siempre como una noche de consagración. En las escuelas místicas esa noche se llevaba a los aún no aceptados aunque preparados. Allí ocurrían los misterios llamados mirar el Sol a media noche.
Esta antiquísima fiesta , celebrada como la noche de consagración por todas las culturas, fue aceptada muy tardíamente como la fiesta del nacimiento de Jesucristo en el siglo IV, año 337, bajo el Papa Julio. Previamente existieron 136 fechas distintas para dicha celebración. Crisostomo escribe 390 años después de Cristo lo siguiente: En este día - se trata del 25 de diciembre - se fijó hace poco en Roma el nacimiento de Cristo para que los Cristianos puedan celebrar sus fiestas sin ser molestados, en tanto los paganos están ocupados en sus ceremonias. Las ceremonias paganas a las que se hace alusión consistían en el festejo del nacimiento del Sol no vencido y recibían el nombre de Bromalia.
FELIZ NAVIDAD O FELIZ SOLISTICIO 2011
Cada año se pone en escena en la tierra, en términos que el hombre puede abarcar, en miniatura, el grandioso acontecer del cosmos.
Los Hijos de Dios, entre ellos Jesucristo, unen el hombre a una constelación que, en análisis, representa también el símbolo de lo que hay en el medio: el Sol.
Para el hombre, el Sol es la constelación central que da luz y vida. este es el significado en esencia de un Hijo de Dios: una manera de expresar aquel principio, necesario para el hombre, del origen del espíritu en sí para mantener luz y vida. Por esto no nos debe extrañar que encontremos una analogía entre los hijos de Dios y el Sol.
En casi todas las religiones, las celebraciones más importantes, las fiestas religiosas, se hacen durante las fechas en que el Sol está en posición determinante en el año. Si miramos detalladamente el recorrido del astro, encontramos una signatura cósmica. Esta visión se puede dificultar en algunos de Uds. No obstante, trataré de representarla gráficamente y con palabras sencillas a pesar de lo vasto del concepto.
El Zodíaco es un círculo dividido en 12 segmentos de 30 grados cada uno, o sea, totalizando 360 grados, y el Sol recorre en un año el Zodíaco, los 360 grados, a razón de aproximadamente 1 grado cada día, que sumados constituyen los 365 días de nuestro año. Mediante la inclinación entre la elíptica y el ecuador terrestre, se dan las diferentes estaciones del año porque se producen acercamientos y distanciamientos de la tierra respecto al Sol y se dan las relaciones día-noche. Así se produce en el Zodíaco una división de 4 puntos determinantes que Uds. conocen por estar señalados en el calendario y que indican el paso del Sol en su recorrido: el principio de la primavera, del verano, del otoño y del invierno.
La primavera comienza alrededor del 21 de marzo, el verano el 21 de junio, el otoño el 21 de septiembre y el invierno el 21 de diciembre. De acuerdo a la astronomía y al Zodíaco, encontramos 4 puntos indicados: el comienzo de la primavera se denomina equinoccio de primavera (equinoccio quiere de decir igual duración del día y de la noche). Este equinoccio se presenta cuando el Zodíaco se halla a 0 grados Aries, alrededor del 21 de marzo. Opuesto a este punto, a 180 grados de distancia, se encuentra el otro equinoccio, el de otoño. A mitad de estos puntos, a 90 grados, se ve otro eje que representa los 0 grados cancer, alrededor del 21 de junio, que marcan el comienzo del verano. Y finalmente, opuesto a este punto, a 180 grados, encontramos los 0 grados Capricornio o solsticio de invierno. Estos son puntos astronómicos que introducen las diferentes estaciones del año y que se caracterizan por la duración más igual del día y de la noche en el año en los dos días que marcan el comienzo de los dos equinoccios y los dos días y noches mas largas en todo el año durante los dos días que indican el inicio de los solsticios.
Si seguimos el recorrido del Sol entre el punto de inicio del otoño y el del invierno, presenciamos el acortamiento del día y el alargamiento de la noche. Esto quiere decir que las fuerzas de la luz, las fuerzas del día, se retiran paulatinamente: el día se acorta y la noche se prolonga.
Si observamos el aspecto mitológico, vemos las relaciones visibles cambiantes, en las cuales las fuerzas de la luz van desapareciendo doblegadas por la oscuridad, que comienza a dominar y abarcar más espacio. El día se va retirando.
Cuando celebramos la Navidad, el Sol se encuentra a 0 grados Capricornio, en el punto del solsticio de invierno, cuando las noches se han hecho más largas y los días más cortos. Este es el momento en que el Sol se encuentra más alejado de la tierra en todo su recorrido anual.
Y en esta máxima oscuridad, en esta noche nace la luz. Nace, literalmente, de modo natural. hasta ese punto la noche venía siendo perseguida, devorada. En el equinoccio cambia la situación: en el momento en que las fuerzas de la oscuridad parecen haber vencido empieza el triunfo de la luz. A partir de este punto comienzan a aumentar de nuevo las fuerzas de la luz, con lo cual los días se alargan y al aminorar las fuerzas de la oscuridad, mengua la noche, quedando en equilibrio la duración de día y noche.
Los hombres de culturas antiguas mantuvieron un contacto más estrecho con las fuerzas de la naturaleza. Festejaban de manera especial los cambios de las estaciones. Para estas culturas tenía especial significado el punto en el que, en medio de la mayor oscuridad exterior, nacía la luz y comenzaba su curso victorioso sobre las fuerzas de las tinieblas.
La Nochebuena, la noche de navidad fue celebrada desde siempre como una noche de consagración. En las escuelas místicas esa noche se llevaba a los aún no aceptados aunque preparados. Allí ocurrían los misterios llamados mirar el Sol a media noche.
Esta antiquísima fiesta , celebrada como la noche de consagración por todas las culturas, fue aceptada muy tardíamente como la fiesta del nacimiento de Jesucristo en el siglo IV, año 337, bajo el Papa Julio. Previamente existieron 136 fechas distintas para dicha celebración. Crisostomo escribe 390 años después de Cristo lo siguiente: En este día - se trata del 25 de diciembre - se fijó hace poco en Roma el nacimiento de Cristo para que los Cristianos puedan celebrar sus fiestas sin ser molestados, en tanto los paganos están ocupados en sus ceremonias. Las ceremonias paganas a las que se hace alusión consistían en el festejo del nacimiento del Sol no vencido y recibían el nombre de Bromalia.
FELIZ NAVIDAD O FELIZ SOLISTICIO 2011
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