EL ARDUO CAMINO DEL DESPERTAD INTERIOR
Dicen muchos refranes populares que sin esfuerzo no hay 
recompensa, o que nada que valga la pena se consigue sin que pongamos de nuestra 
parte tiempo, recursos, energía, atención, dedicación, etc. Algo que en el mundo 
“físico” es más que cierto, lo es mucho más en el mundo “no físico”, espiritual, 
energético, de crecimiento personal, etc., porque los esfuerzos no están 
destinados a conseguir algo externo, sino a cambiarnos a nosotros mismos. En 
estos temas, los resultados solo vienen cuando uno se decide conscientemente a 
recorrer el arduo camino del despertar interior.
Los que me seguís en Facebook, en twitter, en el blog, en los 
cursos, etc., veis que estoy metido en muchos frentes. Pero no son muchos 
frentes, y no se trata de dispersión o de que me interesen tantos temas que 
intento abarcar un poco de todo, sino de que mi propia experiencia me ha hecho 
separar en, digamos, tres grandes bloques, el camino de crecimiento personal en 
el que ando ocupado, y por consiguiente, en la forma que transmito y comparto lo 
que voy aprendiendo en el mismo.
Cambio radical de la visión del 
juego, modificación de nuestras estructuras mentales
No podemos empezar a comprender como funciona este juego de la 
existencia en el que estamos involucrados si no comprendemos como nos han 
manipulado el tablero de juego que usamos. Esto no quiere decir nada más que 
romper la visión actual promulgada por las estructuras sociales, económicas, 
educativas, etc. sobre como es la realidad de ahí fuera. La realidad de “ahí 
fuera”, no tiene nada que ver con la realidad que nos venden los medios de 
comunicación, nuestros lideres políticos, los grupos que manejan los hilos. 
Los que ya habéis pasado esta fase y veis claramente la 
manipulación a la que nos han sometido, estáis ya cansados de ver que sigo 
publicando en Facebook artículos sobre las mentiras sobre la situación 
geopolítica en el mundo, sobre alimentación y salud, sobre la manipulación de la 
historia, sobre la economía, etc. Los que aun estáis en la fase de descubrir que 
nos han tomado el pelo, seguís pidiendo más información para poder romper esa 
visión actual y comprender mejor porqué pasan las cosas que pasan. Como decía un 
alumno del último curso de registros Akáshicos que hemos hecho: “Me he ido 
cabreado con el mundo porque ahora me he dado cuenta de como me han timado todos 
estos años”.
Todos pasamos por esta primera fase del despertar interior. 
Descubrir que lo que creías que era real no lo es, descubrir que absolutamente 
todas las cosas que eran de una forma son de otra, es un shock para algunos, y 
es un proceso natural y paulatino para otros. Pero cuando se rompen ciertas 
estructuras, tienes dos opciones: cerrar los ojos y no querer ver nada más, 
volviendo tranquilamente al sueño ilusorio en el que todo es bonito, o tirar 
hacia adelante y terminar de desmontar la visión que nos cuentan sobre lo que 
pasa en el planeta, en todos los niveles, para poder liberarnos de ese control y 
manipulación lo más rápidamente posible. 
El proceso de auto-conocimiento y 
despertar interior
Pero la evolución personal, espiritual, no se termina cuando 
uno “despierta” a la realidad del mundo, sino que, en realidad, no hace más que 
empezar. Porque es entonces cuando se te activan las ganas de conocer más, 
especialmente de conocerte a ti mismo, entre otras cosas, porque descubres que 
tienes por algún lado un potencial latente impresionante a la espera de ser 
activado. 
Descubres que hay una parte de ti, que llamamos el Yo Superior, 
que te sirve de guía y de brújula permanente, descubres que la meditación es una 
maravilla que no entiendes como no la enseñan en la escuela desde primaria, 
descubres que tienes un montón de posibilidades de trabajar con entidades que 
llamamos guías, descubres que tus lecciones de vida se pueden aprender sin tener 
que sufrir con ellas y que tienes una misión que cumplir, escogida por cada uno 
de nosotros, para ver si echamos un cable en reorientar un poco y sacar del pozo 
energético en el que estamos metidos al planeta. 
Y todo esto en paralelo con lo anterior. Yo no dejo nunca de 
investigar y aprender como funciona el mundo real en el que vivo. De tratar de 
desmontar las mentiras de las estructuras que me han impuesto y que, por 
ignorancia, he aceptado, por lo que además tengo que aceptar parte de mi 
responsabilidad en que el mundo esté como esté. Y como todo esto forma parte de 
mi trabajo personal, sigo rompiendo mi propia visión de las cosas “externas” 
buscando entender la realidad de la forma más objetiva posible, mientras sigo 
trabajando en mi auto-conocimiento y despertar interior adquiriendo cada vez más 
herramientas (registros, terapias energéticas, meditación, etc.).
Sed de conocimiento 
cosmológico
Y cuando la realidad física “de tercera densidad” la tienes más 
o menos ubicada, no te dejas manipular tan fácilmente por elementos físicos y no 
físicos, has superado una serie de “ataques” del sistema por querer 
desconectarte del mismo (y hacer que otros también lo hagan), llega, al menos en 
mi caso, la sed de conocimiento “cosmológico”, entender el universo, la 
creación, los niveles evolutivos, las polaridades, el resto de seres, 
conciencias, energías, formas evolutivas, etc. 
Ya no te conformas con fuentes de “bajo nivel” para que te 
expliquen las cosas, porque además tienes un pelín más desarrollada la intuición 
que te dice cuando algo es correcto o cuando algo es desinformación, o cuando 
las cosas están mezcladas y hay que separar la paja del trigo. Lo único malo de 
esta etapa, que encima sigue en paralelo con las dos anteriores, porque ya 
metidos en el tema no se puede trabajar solo en una dirección, es que ya no hay 
vuelta atrás. Es decir, que cuando te pones a ver si eres capaz de entender 
conceptos metafísicos, esotéricos, místicos, espirituales, etc., no tienes otra 
cosa en la cabeza hasta que no vas atando cabos y uniendo las piezas del Tetris 
que conforma la suma del juego físico y del juego no físico de nuestra 
existencia.
Un proceso tremendamente 
interesante
En realidad todo este proceso es bastante divertido, a pesar de 
que pasas por épocas de bajón mental, anímico, energético, etc. Cuando estás en 
la primera fase, hay momentos en que si se desmontan muchas cosas de golpe, uno 
se queda bastante “tocado”, y cuesta volver a rehacer la visión de la vida con 
la nueva información adquirida, que no es más que aceptar que uno de los 
múltiples filtros y velos que teníamos en los ojos se ha caído para siempre. 
Mientras andas trabajando en ti en la segunda fase, hay 
momentos en los cuales energéticamente estás por los suelos, especialmente si 
vas sanando heridas del pasado, traumas, bloqueos autogenerados, cosas que 
arrastras de otras encarnaciones, etc. Si tienes que estar pendiente de ataques 
que llamamos psíquicos o energéticos pues también hay días que lo pasas mal. 
Pero como dice el refrán, “lo 
que no te mata te hace mas fuerte” (o algo así), por lo que todo forma 
parte del mismo proceso de crecimiento.  
Y mientras en paralelo estás en la tercera fase, hay días que 
no hay forma de dormir porque estás rompiéndote los cuernos tratando de entender 
mentalmente el concepto X o el concepto Y, que si el tiempo no existe, que si 
todo es simultáneo, que si el alma esto, que si las dimensiones paralelas, que 
si lo otro. Afortunadamente la brújula interna que representa la conexión con el 
Yo Superior está siempre ahí para echar un cable, y entonces se te enciende la 
luz, te viene mentalmente la explicación de las cosas, te levantas a las dos de 
la mañana, lo anotas todo, haces un esquema, y te vas a dormir. 
Y así, ya, hasta el final de nuestros días, porque una vez te 
inicias en el arduo camino del despertar, ya no hay vuelta atrás!
 
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