Palabras de un Maestro :
Nunca deberíamos decir "Te amaré para siempre". Es una barbaridad. Deberíamos decir "Te amo". No engañamos a nadie ni le amamos menos por omitir el "siempre".
Te explico... Nuestro cuerpo muere, obviamente, y esa promesa de amor del estilo "Te amaré siempre" no sobrevivirá a las células que dan vida a nuestro cuerpo y que desaparecerán tras nuestra muerte física...
Nunca deberíamos decir "Te amaré para siempre". Es una barbaridad. Deberíamos decir "Te amo". No engañamos a nadie ni le amamos menos por omitir el "siempre".
Te explico... Nuestro cuerpo muere, obviamente, y esa promesa de amor del estilo "Te amaré siempre" no sobrevivirá a las células que dan vida a nuestro cuerpo y que desaparecerán tras nuestra muerte física...
Ahora bien, nuestra alma, la esencia energética que da vida a nuestro
cuerpo físico sí que registra esa promesa de amor y la conserva más allá
del espacio-tiempo en la que fue formulada.
Y ahí aparece el problema... cambiamos de cuerpo, en la siguiente vida, pero tenemos un "software" anticuado que nos ata a personas que quizás ya no estén en nuestra nueva vida, o si lo están, tengan otros aprendizajes y vivencias a experimentar que sean total o parcialmente incompatibles con sus o nuestras nuevas lecciones de vida previstas.
Y entonces surgen los problemas, relaciones de amor-odio, relaciones de dependencia, relaciones imposibles, relaciones de rechazo de uno de ellos hacia el otro. Y también surgen situaciones nefastas como la de vivir siempre esperando "el amor perfecto", "el amor por llegar", la persona "que de verdad me llene", la persona "compatible", o lo que es más típico e igualmente erróneo: "mi media naranja" o "mi única alma gemela".
Miguel Ángel
Y ahí aparece el problema... cambiamos de cuerpo, en la siguiente vida, pero tenemos un "software" anticuado que nos ata a personas que quizás ya no estén en nuestra nueva vida, o si lo están, tengan otros aprendizajes y vivencias a experimentar que sean total o parcialmente incompatibles con sus o nuestras nuevas lecciones de vida previstas.
Y entonces surgen los problemas, relaciones de amor-odio, relaciones de dependencia, relaciones imposibles, relaciones de rechazo de uno de ellos hacia el otro. Y también surgen situaciones nefastas como la de vivir siempre esperando "el amor perfecto", "el amor por llegar", la persona "que de verdad me llene", la persona "compatible", o lo que es más típico e igualmente erróneo: "mi media naranja" o "mi única alma gemela".
Miguel Ángel
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